Ubicar o colocar algo en posición determinada respecto a los puntos cardinales. Por lo general, la orientación es la acción de ubicar el oriente (por eso su nombre). Es utilizada por los animales, el hombre, incluso, los vegetales. En otras palabras, la orientación es la forma en la que se conoce el espacio que nos rodea, a través de puntos ya conocidos que actúan como referencia. Para conocer la dirección y localización de un lugar, usamos los puntos cardinales: Norte, Sur, Este y Oeste. Entre los puntos cardinales hay puntos intermedios, como Noreste, Noroeste; Sureste, Suroeste.
Si te colocas de frente hacia donde se oculta el Sol, a tu derecha está el Norte, a tu izquierda el Sur, a tus espaldas el Este y frente a ti, el Oeste.
En un mapa se ubica a través de la rosa de los vientos.
Los meteorólogos crearon una gráfica llamada Rosa de los vientos que nos permite representar simultáneamente la relación que existe entre las características que componen el viento. En los antiguos mapas se empleaba para señalar los puntos cardinales y las direcciones de los vientos. Consta de 32 puntos o direcciones, que resultan de las combinaciones posibles entre los cuatro puntos cardinales. De la rosa de los vientos salían numerosas líneas de dirección que se entrecruzaban en diversos puntos del mapa. Estas líneas eran una ayuda para los navegantes, ya que les permitían navegar mar adentro empleando solamente la brújula como referencia.
Hoy en día, la rosa de los vientos es uno de los elementos cartográficos más conocidos.
